¿Qué podía ser sino el amor que llegaba de ese modo para que lo reconociese?. Pero él no quería ver.
Dejarla pasar, abrirle la puerta hubiera significado que ella iba a ofrecerle toda su vida, que iba a sacar una pequeña maleta, sólo su equipaje de mano, pero ahí estaba toda su vida,su dolor... y se los entregaría a él, que no tendría más remedio que aceptar. Ella lo sabía.
Se quedó callado, mirándose los dedos de las manos entrecruzadas sobre las rodillas, quedarse callado y mirarla con compasión era lo mejor que sabía hacer, casi podría decirles..que lo único que sabía hacer.
"Lo que toda mi vida había estado esperando" éso era ella para él, o así lo definía, lo que ella no podía comprender era ¿por qué la había esperado tanto sólo para dejarla ir? (...)
El tenía miedo, los hombres son cobardes, a veces son cobardes, y a veces temen, y a veces lloran, y a veces huyen, el caso es que ésta vez no era él quien tenía miedo... el miedo lo tenía a él.
Te merecés una vida mejor, una vida que yo no puedo darte, te doy tan poco... repetía sin mirarla a la cara, mirando el piso, cómo quién confiesa un crimen. Ella lo escuchaba, miraba fijamente su cabeza inclinada hacia abajo, aunque miraba sin ver... dicen las estadísticas biológicas que las mujeres somos personas auditivas, que tenemos ése sentido más desarrollado que cualquier otro, ya lo creo... ella escuchaba porque aunque hubiera querido no hacerlo, no hubiera podido.
Ella quería decirle " una vida que vos no podes darme" ¿acaso nunca pensaste que quizás la vida, cualquiera sea, la quería a tu lado? mucho o poco, tal vez lo que me dabas para mi era, simplemente, suficiente.
Quería decirle que si ella había sido "la mejor, la única entre todas las mujeres..la elegida, la enviada" (y toda distinción que él le regalaba para perfumar las consecuencias de su cobardía, de su no poder hacerse cargo de no elegirla) si ella había sido TODO éso ¿cómo hubiera sido ser intrascendente? Cómo diría el querido Aute "Te juro que si no fuera tan triste, sería IMPERDONABLE no reírse".
Él había montado un teatro fabuloso para ella, una obra en la que ella era la protagonista y una historia en la que su amor lo podía todo, juntos empezaban a sentirse vivos, juntos podían saltar de la mano al precipicio... porque nada podía salir mal, puso cada cosa en su lugar, conscientemente armó la escenografía, eligió los lugares, las palabras, las miradas, las ausencias...para que todo fuera perfecto para ella, para que sintiera que al fin había llegado a ése "lugar soñado" donde nada es tan feo y donde era más fuerte.
Pero la escenografía se cayó. A los actores se les olvidó la letra, los lugares se desdibujaron y ése lugar perdió el idílico brillo del comienzo de función, ahora simplemente era... un oscuro túnel, por el que ella empezó a correr muy deprisa, para intentar escapar a tiempo.
Ésta obra de teatro no era un sueño de amor para ella sino que se trataba de la histeria de un hombre, que ha tomado conciencia de su incapacidad de amar y que por eso empieza a fingir amor, empieza a aprovechar oportunidades con la plena convicción de que va fracasar en el intento. Se trataba de un cuento infantil. Sucedió en el país del nunca jamás, tuvo su princesa... Pero él descuidó la trama, y por ende, el desenlace, y para qué contarles de su final.
Entre el miedo y el amor, no queda más que hacer una especie de
compromiso, "de contrato fugaz" un acuerdo que le permita permanecer, sin ir en contra de sus principios. Eso fué lo que él hizo, hizo un compromiso con él mismo, cerró un gran negocio con su cobardía, él la justificaría con lo que pueda, y ella..no le permitiría caer. (caer y amar).
Ella siguió con su vida, a veces en alguna tarde de invierno cerraba los ojos y se acordaba de él, respiraba profundo y una gran calma la invadía, lo enviaba lejos de su cuerpo y seguía, viva, entera.
Él siguió con su vida, igual... quizás un poco más áspero, con más días de mal humor, con menos certezas y más dudas, cada vez usaba menos palabras y más silencios, llegaría un día en que sencillamente, deje de hablar.
Se acostaba con mujeres una y otra vez, a veces porque no lograba concretar un acuerdo con la necesidad, otras, solo porque podía hacerlo, aunque al momento de ir a la cama con una mujer, sacaba su armadura, cambiaba la cara, se transformaba en un muro impenetrable, que responde con monosílabos y besa sin querer.
No sabía cómo relacionarse, intuía que si se acostaba con una mujer y se relacionaba más allá del deseo, si quedara al descubierto, el recuerdo de ella se haría de inmediato insoportablemente doloroso. Él no podía manejar ésas emociones, él no sabía lidiar con éso.
Cada uno de ellos habia creado un infierno para el otro, pese a que se querian. Ello demostraba que el error no residia en ellos, sino en que no congeniaban porque el era fuerte y ella era débil. Es el débil quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño.
Aunque en realidad, ella era débil, porque lo amaba, pero él..él no era fuerte, él sólo se pasaba los días escapando de su amor por ella, de las redes de ése gran barco que venía a amarrarlo y sacarlo de la libertad del mar, y llevarlo a una isla desierta a vivir incomunicado...así veía el el amor, así lo imaginaba.
Ella, en cambio,veía el amor como la permanente espera de un ataque...ella era completamente anacrónica, y ante la menor muestra de afecto, cuando la alarma detectora de daños sonaba... ella mostraba las garras, salían en su defenza miles de personas pequeñas que habitan en su interior. Ella era fría, pero había bajado la guardia con él y por éso todo habría sido posible. Pero no lo fué. Y ella decidió que sus personitas pequeñas deberían vivir de allí en más, no adentro, sino afuera de ella... arriba de sus hombros, sobre su cabeza, en su frente, colgando de su nariz, sobre sus manos, en su lengua...así sería una señal de alerta más visible,como un cartel con luces de neón y así nadie intentará armar otra obra de teatro para ella. Y así fué.
Pero los seres celestiales todo lo saben, todo lo ven... no como vos y yo, que casi todo: lo imaginamos. Por eso, ella volvió a tener valor, envió un mensaje en una botella, subió a aquella piedra de aquel hermoso acantilado en aquel valle de una playa perdida que hace años la hizo renacer, se miró al espejo y vió cuán hermosa era, cuántas cosas habían nacido para ella y aún la estaban esperando. Se vió en otros ojos, reflejada, la abrigaron otras palabras, y sintió que había estado atrapada en un mal sueño, salió a la calle una mañana de primavera, caminó y caminó, entró a un bar y escribió.
Y después... pensó "solo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje, lo que ocurre, lo esperado, es mudo..solo la casualidad nos habla." y sintió el alboroto de la vida en sus oídos, y se sintió viva.
Y se fué del bar sintiéndose feliz, porque no importaba lo que fuera a suceder de allí en más, ni lo que no sucediera nunca, ni si viviría sólo para soñar, o soñaría para vivir, pero sin dudas, ella no iba a huír de la vida. "Memento Vivere."
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