Te fuiste de la ciudad y con tu partida llegó el frío,
sigo viviendo moderadamente feliz, cada día...
Voy a comprar, mañana por la mañana, unas gardenias para el balcón y, claro, un ramito de "Violetas" para la mesa.
Rara, como encendida sigo tus pasos a través del aire, dibujando con mi mano contra el viento tu sonrisa en el salón.
Duerme, duerme y sueña... donde sea que estés, donde más te imagino, yo cuido de vos.
Voy a encarar la vida cada día, aunque el tiempo haya hecho de mis sueños
cenizas y humo, como el ave fenix, aquella mañana de primavera... renací.
Supongo que por que cuando me mirás yo soy más fuerte, y si, le sostengo la mirada a mis miedos y, sencillamente, porque "que existas" a mí ya me hace feliz.
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