domingo, 20 de noviembre de 2011

ENCUENTRO

Ésos regalos del destino, que aparecen en el momento justo, en el lugar indicado, con todas las respuestas y todos los abrazos.
Es el instinto nuestro guía más sabio, el radar que no falla, la luz que no se apaga. Y el tiempo, es tan sabio el tiempo, que sabe no desesperar y aguardar, agazapado, ése suceso que todo lo cambiará, ésa vuelta de dirección en el viaje de la vida.
Llegaste cuando menos lo esperaba (jamás lo he esperado menos, pero NUNCA en toda mi vida lo he necesitado más) y en el mismo instante en que me miraste, lo supe...
Supe que todo lo que nos antecedió, fué el puente construido tan pensadamente por los sabios dioses, que ningún tramo podía faltar en nuestras vidas, para el momento de encontrarnos.
Supe que mis miedos tenían un lugar donde descansar, y es cuando escucho tu voz,
que el sentimiento de amor más verdadero nada tiene que ver con el dolor, y con la falta...
tanto como mirarte y encontrarme a mí misma, tanto como que me seas necesario para sacar lo mejor de mí.
Gracias por regalarme la posibilidad de reconciliarme conmigo misma, por despertarme después de haber estado tantos años dormida, confundiendo sentimientos, desvirtuando potencial.

Hoy entiendo, que el ideal...no es una construcción, es una realidad, una realidad paralela que nos trasciende: VOS EXISTÍS, exististe siempre en mi cabeza, en mi pensamiento... como la perfección, como mi deseo de encontrarte y hoy, simplemente, estás acá, al lado, en frente, cerca, dejándome mucho más de lo que nadie entendería, para toda la vida.

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